lunes, 3 de noviembre de 2008
De títulos y nombres propios
¿Que tal lleváis el asunto de los títulos para vuestras obras? Yo, fatal.
El título de un libro es como el aspecto físico de una persona: tiene que entrarte por los ojos, resultar atractivo a primera vista y sugerirte algo de lo que puedes encontrar, si lo abres; y si no cumple esa premisa es muy probable que no te molestes en averiguar "la belleza que se esconde en su interior", por eso es tan importante y tan difícil acertar con el más apropiado.
De las dos novelas que tengo escritas, a la primera le cambié el título tropecientas veces; cuando la había terminado todavía no lo tenía claro, pero cuando ya estaba con el repaso se me encendió la "bombillita" de repente y lo encontré.
Con la segunda ocurrió algo muy curioso: una frase estuvo dando vueltas en mi cabeza durante mucho tiempo, y esa frase, convertida en título, dio origen a toda la novela.Cuando se trata de cuentos o relatos cortos no tengo problema: pongo el primero que se me ocurre; quizás porque no les doy tanta importancia.
Lo de los nombres de los personajes lo llevo mejor; normalmente me viene dado con la misma historia: se me ocurre una idea, y el/la protagonista de inmediato me dice su nombre.
En las novelas, donde los personajes están mucho más definidos, es más fácil, si cabe.
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El título es como el nombre de una persona...marca para toda la vida y es una decisión fundamental
ResponderEliminarPues casualmente en la última entrada de mi blog hablaba también de los títulos. En mi primera obra me costó bastante, pero cuando lo tuve claro ya me quedé muy satisfecho y supe que era el adecuado.
ResponderEliminarCon la segunda, ésta de vez de género negro, no tenía ninguno. Con la obra más que terminada y nada, no lograba dar con ninguno bueno. Incluso hice una lista con más de 20 posibles nombres, pero no me convencía ninguno. Al final le puse el que menos me disgustaba, pero no estoy demasiado conforme.
En cuanto a personajes no tengo tanto problema. Una vez elegido el nombre ya es como si fueran conocidos míos de toda la vida...
Un saludo
Yo lo llevo bastante bien, desde que decidí el tema de mi novela decidí que sería "william, historia de un rey (las vueltas que da la vida)", y el nombre del personaje...siempre me gustó William, aunque el resto vinieron con la historia.
ResponderEliminarPor lo demás, la verdad es que para mí no es difícil escribirla, ni tampoco el título, al menos en William, el problema lo tengo ya en los poemas e incluso en los relatos, ahora he escrito uno y bueno, he estado dos días para elegir el título, al final he puesto el más sencillo porque en sí misma, la historia es sencilla.
ja Lola, ya me gustaría tener a mi tus problemas... dos novelas dices? YO los título y los nombres los llevo bien, creo que soy ocurrente y eficaz buscando titulos impactatens o que animen a la lectura, incluso originales... Pero yo lo que no soy capaz es de: (resumiendo, eh)
ResponderEliminarEscribir poesía.
Escribir diálogos.
Dar pesonalidad y caracter a unos personajes como para escribir una novela...
jaja Asi que ya ves que tu problema me parece menor, la verdad. ¡qué envidia! jajaj
Bezos
Thiago, tu escribes de P.M. y no me sorprende que se te ocurran buenos títulos porque tienes un coco privilegiado.
ResponderEliminarLo demás, los diálogos, la creación de personajes, son cuestión de práctica.
Para mí los diálogos son lo más fácil, porque he sido actriz y he leido mucho teatro; de hecho, en mis novelas hay mucho diálogo, y los recito en voz alta cuando escribo.
Lo de la poesía ya es otra historia. Escribía de jovencita, que era mucho más osada, ahora me merece un respeto...
Anne, yo creo que los relatos requieren titulos sencillos, por eso a mí no me plantean problemas. Tienen que ser como parte de la historia.
ResponderEliminarEn la novela ya es más complejo (o menos, segun se mire), tienen que ofrecer una idea general del argumento, aunque a veces, lees una novela y cuando llegas al final no has conseguido enterarte de lo que significaba el título...
Armando, mientras la novela no esté publicada estas a tiempo de cambiar el titulo, jeje...en cualquier momento se te puede ocurrir el mejor titulo del mundo mundial.
ResponderEliminarExacto, Didac, imaginate a Madame Bovary llamándose Sra. Perez, pongamos por caso.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJa, ja, ja, Madame Bovary como Petra Pérez... Lola tienes unas salidas, me has hecho reír. Yo no tengo problemas con los títulos, me gustan cortos, bien definidos y que den sentido a la novela. Así he titulado El pacto, La búsqueda, La última Portada, Enviado de los dioses, Dimitri Galunov, El legado, tal vez el único título rimbombante sea El cóndor de la pluma dorada, pero la historia lo merecía.
ResponderEliminarY cuando empiezo lo hago sin título. Después es que elijo uno. Calro que no hago como Armando: una lista con 20 posibles candidatos, ja, ja, no! vienen casi siempre solos, sin mucho esfuerzo.
Un abrazo, amiga,
Blanca
Hola de nuevo a todos. La verdad es que yo para la primera obra dudé entre dos posibles títulos y al final me quedé con el actual, quedando muy satisfecho con el mismo. Ni demasiado corto, ni demasiado rimbombante.
ResponderEliminarBlanca, lo de la lista de 20 posibles nombres fue en el caso de mi segunda novela, de género negro, que no me llegaba la chispita de inspiración divina que diera con la tecla adecuada. Esa lista fue el último recurso, pero nada, con poco éxito. Al final me quedé con uno que no me desagrada, pero no me llena del todo. Pero como dice Lola, mientras no se publique o el posible editor diga lo contrario, puedo encontrar el adecuado.
Saludos
Pues que suerte tienes, Blanca.Además pones buenos titulos, hasta ese de la pluma es bonito.
ResponderEliminarA mi es lo que más me cuesta, y no lo del papel en blanco, que me faltan folios para colocar todo lo que me bulle por la cabeza.
Un beso, guapa.