viernes, 27 de diciembre de 2024

Las redes del odio


 Veo con tristeza que las redes sociales, creadas en principio para comunicarse de forma lúdica, se están convirtiendo cada vez más en estercoleros donde volcar el odio, las frustraciones y todas las miserias humanas imaginables y por imaginar.

El anonimato tras el que se esconden muchos cobardes les da carta blanca para soltar todo tipo de  comentarios que, probablemente, no se atreverían a expresar cara a cara, más que nada porque se la partirían.

El insulto es la respuesta fácil, la descalificación, el juicio sin fundamento, el odio ante la opinión ajena, simplemente porque no coincide con la tuya.


En las redes todo el mundo es experto en política, en economía, en psicología, todo el mundo es juez y jurado y está en posesión de la verdad y la impone sentando cátedra y por la vía de la agresividad y la violencia.

Me temo que esta situación es un reflejo de la realidad. Vivimos en un mundo tensionado, apocalíptico, la negatividad y la agresividad es la energía que mueve el mundo.


Me preguntaréis qué hago yo entonces en las redes sociales si mi visión sobre ellas es tan negativa. Pues estoy porque soy escritora, porque necesito promocionar mi obra y porque intento dar una visión más positiva y optimista de la vida. Pero cada vez me centro más en mi propio universo porque no quiero que me arrastre la marea negra del odio que se extiende como una plaga, y me atrape.

Paz, empatía y amor es lo que deberíamos intentar extender por las redes.

Sed felices.

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