
El Tió (ya sabéis, el tronco ese con barretina que caga regalos por Navidad aquí en Catalunya) me trae cada año una estupenda agenda del año que se avecina.
Es un regalo que me encanta. Me fascinan esas 365 páginas en blanco que iré llenando día a día y me pregunto con curiosidad de qué se llenarán.
En la primera página anoto mis propósitos y deseos para el año entrante, y cuando acaba, los reviso para comprobar cuales se han cumplido y cuales no; entonces repito los que no se han cumplido o están en proceso y tacho los conseguidos para añadir otros más. De ese modo los tengo siempre presentes y me esfuerzo por conseguir que se hagan realidad, porque alcanzar objetivos no es cosa de magia, sino de esfuerzo personal.
Lógicamente 365 días dan para mucho, para que pasen cosas buenas y cosas malas; de las malas intento aprender algo, y las buenas procuro disfrutarlas al máximo.

El balance del 2009 es muy positivo, y espero que el 2010 sea una continuación en la que acabe de materializarse todo lo que se ha iniciado este año.
Intuyo que será un año de cambios importantes en mi vida que espero poder compartir con vosotr@s, con toda la familia bloguera.
Os deseo a tod@s lo mejor. Que entréis en el 2010 con ilusión y con fuerza y que todos vuestros sueños se realicen.
Pero ya sabéis: hay que cumplir los propósitos para que los deseos se hagan realidad.
¡FELIZ 2010!