domingo, 14 de diciembre de 2008
Último adiós a nuestro gato Tito
Os prometí presentaros a mis gatos, pero nunca pensé que tendría que hacerlo en estas circunstancias.
Tito nació hace 18 años en un solar de Madrid un caluroso mes de agosto al que, probablemente, no habría sobrevivido de no rescatarlo mi amiga Carmen que me lo trajo a casa "para que lo viera", ya que ella ya tenía un gato y yo no quería ninguno.
Naturalmente, cuando vi aquella bolita negra me la quedé. Mi hijo, que por aquel entonces apenas tenía un año, lo bautizó con su media lengua y el "gatito" se quedó en "tito". Cuando Álvaro, mi hijo, regresaba de la guardería había que encerrar a Tito en una habitación para preservar su integridad física (la del gato), ya que mi pequeño monstruito no acababa de comprender que aquel "peluche" tan divertido que "hablaba" y se movía, no era como los otros y había que tratarlo con cariño y respeto y que, entre otras cosas, no podía meterlo con él en la bañera.
Cuando Álvaro alcanzó a comprender este extremo, ambos iniciaron una estrecha relación afectiva que ha perdurado hasta el día de hoy. Durante todos estos años Tito ha sido su sombra; han dormido juntos, han jugado y se han perseguido mutuamente por el pasillo de casa y he tenido que proteger al uno del otro (y viceversa) en incontables ocasiones; pero eso sí: el amor tiene un límite y Tito jamás ha consentido que su hermanito humano lo metiera en la bañera.
Cuando hace dos años y medio llegó a casa la pequeña Lluna, Tito la aceptó con resignación y se convirtió en un abuelo cascarrabias que se dejaba querer por aquella pequeña zalamera.
Hace un par de días Tito decidió que pese a que era muy feliz con nosotros estaba viejo y cansado y ya iba siendo hora de disfrutar de un merecido descanso en el cielo de los gatos..
La pequeña Lluna le echa en falta tanto como nosotros, pero no obstante, nos ayuda a superar este trance con su cariño y su alegría.
Hasta siempre, Tito. Nunca te olvidaremos.
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Un beso.
ResponderEliminarJolín no se que decirte, no quiero ni pensar en que Ulises se me marche a ese cielo, yo pienso agarrarlo a este mundo con uñas, dientes y con todo, hasta con cadenas si es necesario, pero se que cuando pase, pasará y yo no podrá evitarlo. Lamento mucho esa pérdida y espero que Lluna pueda superarla al igual que vosotros.
ResponderEliminarGracias por presentarnos a tus gatitos, un beso
Gracias, Jesvel.
ResponderEliminarArwen, es lo que tiene la vida: que algun día se termina...
ResponderEliminarPero Tito ha disfrutado de una larga y feliz existencia, aunque siempre le echaremos en falta, sobre todo, mi hijo.
Lo siento mucho. Te comprendo perfectamente porque hace tres años nos ocurrió lo mismo con nuestra perra "Nube". Yo la traje a casa cuando tenía un par de semanas de vida y se convirtió de inmediato en un miembro más de la familia, era dulce, cariñosa, inteligente, buena compañera... Se pasa muy mal cuando llega el momento del adiós, pero lo has narrado tan bello que Tito, allá donde esté, se debe sentir muy orgulloso de ti. Un beso.
ResponderEliminarCua´nto lo siento Lola...mi morgan, perro, está pensando ir al cielo de los perros y a mi me da una pena...preo como bien dices ha vivido una larga vida, feliz y mimado (12 años)
ResponderEliminarUn fuerte abrazo...
Bueno, como tu dices ha vivido lo suyo, sobretodo rodeado de amor y cariño que es más de lo que tienen muchos animales y algunos humanos. El tener otra gatita ayuda a llevarlo,pero lo importante es que deja un buen recuerdo en la familia...
ResponderEliminarERa un gato muy bonito y fue feliz, ¡no se puede pedir más! Bezos
Sí que se le llega a tomar cariño... si, hace años me pasó lo mismo con una gata de angora que era un capricho y también lo pasé mal, hasta acostumbrarme a su pérdida.
ResponderEliminarBesos
Roxana
Maribel, imagino que lo debiste pasar muy mal con tu perrita.Los gatos son más independientes, y Tito (ahora que no nos oye) era bastante arisco, pero con los años se ablandó.Era como tener un pariente dificil, que lo quieres igual, con sus cosas...
ResponderEliminarGracias, Didac.
ResponderEliminarAunque asumas que pronto llegará el final nunca se está del todo preparad@ y es duro. Pero no podemos hacer nada más que darles todo nuestro cariño mientras los tenemos a nuestro lado.
Gracias, Thiago. La verdad es que era muy guapo.
ResponderEliminarRoxana, gracias por tus palabras.
ResponderEliminarLos animales son una gran compañia, un capricho, como tu dices, pero una vez los tenemos hay que acompañarles hasta el final.
Sé como lo estarás pasando. Yo ya he pasado por la muerte de nuestro perro Charlie, Alf, y hace un año, Jacky, y poco después, Chu-lin. Enfermedades, sacrificios, vejez. Ellos nos enseñan lo cerca que tenemos a la muerte.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Lola, he llegado hoy a tu blog siguiendo algunos enlaces de los q tiene "Elisabet". Precisamente el tuyo me ha llamado la atención por el título, q me parece precioso. Primero, decirte que siento mucho la pérdida de tu gato :( hace 3 años se murió una gatita mía que tenía ya 19 años!! Me acompañó casi toda mi vida (me la regalaron cuando yo sólo tenía 2 y no había nacido siquiera mi hermano). Nunca la olvidaré. Ahora tengo unos pocos por casa que nos alegran cada día y además me dedico a cuidar una colonia que hay en un barrio de Barcelona. Tan sólo eso, simplemente me apetecía contarte que te entiendo y mandarte un beso bien grande. Y otro para Tito, por supuesto :)
ResponderEliminarPues sí, Martikka, así es; con lo del gato a mi hijo le ha dado por comerse el coco pensando que un día también me moriré yo, su padre...En fin, espero que se le pase pronto.
ResponderEliminarHola Patricia, bienvenida a este blog aunque haya sido en un momento un poco triste.
ResponderEliminarEnseguida volveremos a la línea habitual y espero que sigas pasandote por aqui.
Un saludo.
Seguro q en el cielo de los gatos tienes miles de manos q morder y cientos de latas de comida para gatos y miles de mantas con las q disfrutar.
ResponderEliminarNunca te olvidaremos Tito
Requiescam in pacem
Vaya... Hoy es el segundo gato que conozco, y en amabas historias me he emocionado. Tenía una gatita, Elsa,que se fue al "cielo de los gatos" con 12 años. Mi hija entró en depresión entonces.Para animarla, un amigo nos regaló al perro Lucerito, una bolita de lana que el día 5 cumple 12 años también. No sé que haremos mi mujer y yo cuando se nos vaya, es el único acompañante que nos queda en casa, mis hijos se tuvieron que ir a trabajar lejos de casa.
ResponderEliminarLo siento por ti, Lola, sé lo que se sufre con esa pérdida.El que no tiene animales no entiende que se les pueda amar tanto.
Un abrazo.
Seguro que sí, Alvaro, pero también él se acordará de tí y te echará en falta. ¿Quién le incordiará ahora?
ResponderEliminarGracias, Juan.
ResponderEliminarLos animales se convierten en parte de la familia, con la particularidad de que siempre son como niños indefensos y totalmente entregados. Por eso duele tanto perderlos.
Como siempre, llego tarde y corriendo, Lola. quería expresarte mi sentido pésame, sé cómo se puede llegar a querer a estos dulces animalitos.
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Blanca. Y no te preocupes, siempre se agradecen tus visitas y tus comentarios.
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