martes, 16 de diciembre de 2008
Escribe un cuento de Navidad
Quería escribir un cuento de Navidad, pero como no estoy muy inspirada he pensado que podríamos hacerlo entre tod@s.
A ver que os parece la idea: Yo escribo el primer párrafo y vosotr@s continuáis el cuento añadiendo un párrafo cada un@ con total libertad, sólo hay que tener en cuenta que el tema sea navideño.
Para que no se eternice, habrá tiempo hasta el viernes, y el fin de semana recopilaré todas las aportaciones y las publicaré, respetando su orden, como un cuento completo.
¿Os animáis?
¡A ver que nos sale!
Os dejo pluma y tintero de diseño, para que no se diga que no somos modern@s.
Primer párrafo:
"Como cada año, la Navidad le cayó encima sin previo aviso; de repente, las calles se habían llenado de luces de colores, la gente caminaba apresurada cargada de paquetes y todos mostraban ese aire feliz que requería el momento..."
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permiteme continuar por favor
ResponderEliminarpero allí estaba él, con su máscara dorada ocultando su rostro pálido, con la única compañía de un perro harapiento que no ladraba, tan solo miraba pidiendo lo mismo que él: unas monedas para poder caliente esa noche, tan solo esa noche tan especial.
¡Genial, Arwen! Ya le has dado un giro total a mi idea inicial.
ResponderEliminarEsto puede ser muy interesante...
Gracias por participar.
Una figura se destacó de entre la multitud; era una niña de rubios cabellos y sonrisa contagiosa; le tendió su manita y él la cogió entre sus rugosas manos, sintiendo la suavidad y el calor humano que tanto hacía que no sentía.
ResponderEliminarLa niña depositó en su manos una moneda dorada, le dijo: _Pide un deseo, hizo un gesto de despedida y desapareció entre la gente.
:))
Él guardó muy dentro aquel deseo, soñó con la mirada perdida en la multitud que a aquella hora de la tarde se afanaba en los últimos preparativos para aquella noche. Fue entonces cuando de entre la multitud se destacó otra figura, más prosaica, nada infantil, pero igualmente sonriente. Era su deseo hechor realidad después de tantos años pasando la noche bajo las luces del ayuntamiento.
ResponderEliminarMuchas gracias, Dianna, esto promete.
ResponderEliminarNo me digas más, Didac: el alcalde que le invita a cenar. (¡jajaja...!)
ResponderEliminar-Hola hermano. -dijo el alcalde agachándose junto a él.
ResponderEliminarÉl se quitó la máscara dorada sin creer que estuviera hablándole, llamándole hermano.
¿Cuánto tiempo hacía desde la última vez? ¿Por qué ahora? ¿Por qué esta Navidad?
¡jajaja!¡Muy bueno, Martikka!
ResponderEliminar¿En qué parará esto...?
Entonces recordó aquella noche lejana, otra navidad fría y oscura, cuando era todavía un niño, y su padre le explico que no podía alimentarlo a él y a su hermano. Cómo le dió también aquellas cuatro monedas y lo lanzó a la calle, provisto apenas de unos guantes sin dedos y un viejo sombrero de fieltro... el día en que cruzó el cielo aquel cometa...
ResponderEliminarEl alcalde sacó un billete de diez y se lo entregó al chiquillo.En ese momento el flash de una cámara le cegó.
ResponderEliminar-¿Qué tal he salido?-preguntó el alcalde,mirando al reportero y olvidándose del chico.
-Perfecto, sr.alcalde. Mañana en primera página.
El niño fue corriendo a la otra esquina de los grandes almacenes, donde estaba su amiga Sarita, una niña de seis o siete años de ojos tan grandes como tristes, ofreciendo claveles a los peatones, y le compró todo el ramo.
¡Huy, Thiago! Que esto empieza a parecer una de Dickens, jejeje...
ResponderEliminarEse cometa que cruzaba el cielo tiene que dar juego, a ver quien toma el testigo.
¡Muy bien por retomar al alcalde, Juan!
ResponderEliminarEsa era la idea que me había hecho yo: una foto para la galería.
Gracias por participar.
Con el ramo en la mano, volvió donde había dejado al señor alcalde. Ya se habían marchado casi todos; el jefe de policía, le despedía ceremoniosamente tocándose el ala de la gorra, a guisa de saludo.
ResponderEliminarEl niño se acercó por detrás y le tiró de la manga de la chaqueta. Un guardía hizo además de apartarle.
Él mirando hacia arriba, le enseñó el ramo de flores...
-Es para su mujer...
Y ya no estaba allí el reportero...
¡Vaya, Manolo! Un giro interesante.
ResponderEliminarGracias por tu aportación.
¡Hola Lola! Permíteme no continuar, no tengo la cabeza ahora...
ResponderEliminar¡Muchas gracias por la felicitación! Te he visto en respuestas de Weblara, Arwen Anne y Conxa, así que mira tú por donde ahora tengo la oportunidad de visitar de forma más asídua to blog.
¡Besos!
MIGUEL
Lo comprendo perfectamente, dadas las circunstancias...
ResponderEliminarGracias por pasarte por aqui, ya nos iremos viendo.
¡Feliz día!(y el resto de vuestra vida).
Cari, pero yo creo que por el camino se ha perdido algo, no? No era un chiquillo... me parece a mi. jajaja O ha habido un flash-back de esos? jaja
ResponderEliminarBezos
Pues no sé, Thiago, jeje...Al principio parecia que era un adulto (sus rugosas manos),decía Dianna, pero despues parece que se convirtió en niño.
ResponderEliminarBueno, tambien podria ser un adolescente o algo así, ya se sabe que la calle quema mucho, jeje.
A ver quien es el/la guap@ que lo arregla ahora y le da forma definitiva.
¡Hala desafío!
¡¡Su deseo se había cumplido!! la moneda era mágica¡¡ volvía a ser un niño, tenía la oportunidad de arreglar su vida; le habían concedido otra oportunidad...
ResponderEliminarDespués de entregar el ramo de flores, volvió en busca de Sarita y le dijo: _ Sara, sé que te has escapado de tu casa, no preguntes como lo sé, pero si no vuelves, tu vida será un fracaso.
Sara, le miró fijamente y le contestó: - ¿cómo sabes tú eso? dime...
Yo, sé mucho, creeme..., dijo él, vamos te acompaño a tu casa.
A veces, la vida da segundas oportunidades y él iba a aprovecharla y también quería que Sarita se salvase.
..........
Jajaja que almibarado ozú!! hala el hombre convertido en niño por magia cataplas!!
Quién sigue?
Vale, Dianna, arreglado el entuerto, jeje.
ResponderEliminarBueno, quedamos en que era un señor que vuelve a ser niño por arte de "mágia potágia".
Ahora quien siga que no la líe...
Lola, una sugerencia, creo que si los juntaras en un coment, tipo "resumen", lo mismo no la liaríamos tanto que a este paso le convertimos en alien... uyss qué idea!! jajajajaja
ResponderEliminarBesitos
Lola, una idea estupenda, el encadenado es un ejercicio literario saludable, didáctico y divertido, yo lo he practicado en varias ocasiones con mi grupo de amiguetes. En otro momento quizás me apunte, ahora me siento un poco fuera de juego para seguir el hilo, estoy algo apartada de la actividad bloguera por un problemilla que surgió hace 9 días (tiempo que lleva mi madre en el hospital y yo atendiéndola).
ResponderEliminarEspero con ansia la unión de todos esos fragmentos para poder leer el relato completo.
Un abrazo.
Y cuando estaban llegando a casa de Sarita el niño le pregunta:
ResponderEliminar-Sara,¿tú también sueñas con un principe azul?
-¡Pos claro, como todas!
- ¿Y es así como yo?
- ¡No, que va! Mucho más guapo y alto!
-¡jo! Pero él no te compra flores...
-Anda, no seas tonto. Dame un beso.
Y el chico la besa.Luego ella le sonríe y le dice:
-¡Feliz Navidad!
Dianna, tus deseos son órdenes.
ResponderEliminarYa teneis el resumen.
Maribel, lamento mucho lo de tu madre. Espero que se recupere pronto y podais pasar las navidades todos juntos en casa.
ResponderEliminarUn beso.
Ánimo.
Juan, un final perfecto.
ResponderEliminarYa podeis ver el resultado del cuento completo.