¡Hola a tod@s!
Ya recuperada del viaje y con la perspectiva de la distancia paso a contaros mi viaje a Catania.
La experiencia de la casa okupa fue eso: toda una experiencia. Aunque mejor de lo que imaginaba. Mi hijo me cedió su habitación con vistas al Duomo (la catedral), que tiene bastante "apañada"; nos alumbrábamos con velas y nos "duchábamos" con una manguera en el jardín; fue como estar de acampada o algo así.
La casa era una antigua imprenta en la que todavía se conservan periódicos desde el año 1934. En ella viven varios chicos y celebran fiestas los fines de semana para subsistir. A menudo me cruzaba en el pasillo con algún desconocido, y creo que los más sorprendidos eran ellos al toparse con una señora de mi edad y condición, jeje.
Fue divertido, pero tengo que confesar que mi casa me pareció un palacio cuando regresé a ella.
Por las mañanas Álvaro trabajaba y yo paseaba por la ciudad y hacía la compra como una siciliana más, Catania es una ciudad pequeña y muy agradable en la que conviven el barroco siciliano y las ruinas romanas que encuentras a cada paso.
Por las tardes visitábamos algunas poblaciones de los alrededores.
En la costa, las rocas negras de lava volcánica ofrecen un paisaje único. Estuvimos a Aci Trezza, Acireale, Siracusa y Ortigia.
Me ha costado seleccionar unas cuantas fotos de entre tantas imágenes maravillosas, pero podéis ver más en Facebook donde he creado un álbum. La foto del tramonto (atardecer) está especialmente dedicada a Cantares, que me la había pedido ;) Y he añadido un amanecer en el Etna que tampoco tiene desperdicio.
Por las noches, después de cenar, a falta de tele, internet o lectura (imposible para mi leer a la luz de las velas) pasábamos un rato de botellón (allí no está prohibido) en la Piazza del Teatro o la del Duomo. Una curiosa fauna urbana se reune allí cada noche: las chicas muy arregladas y con tacones de vértigo para el suelo adoquinado de la ciudad, y los chicos...¿cómo os diría? como los de las pelis de mafiosos de los años sesenta, para que os hagáis una idea.
Mi hijo, que parece el alcalde de la ciudad y conoce a todo el mundo, me presentaba a amigos y conocidos que alucinaban bastante con la madre del spagnolo: noctámbula, bebedora, tatuada y residente en casa okupa ¡jajaja! con lo conservadores que son ellos.
Lo mejor, pasar unos días con Álvaro después de tanto tiempo y tener la sensación de que nunca nos hemos separado.
Lo peor, tener que esperar hasta Navidad para volver a verle. Pero bueno, parece que él es feliz allí y eso es lo que importa.
Veo que tu experiencia no fue tan "traumática" como pudiera haber sido. Me alegro!
ResponderEliminarPasaré a ver las fotos en el feis.
Petons i abraçades!!
ja ja Hasta has hecho "botellón". Me alegra que la experiencia haya sido tan "curiosa".... Besos Lola
ResponderEliminarHola Lola! mil gracias por el atardecer, me encantó.
ResponderEliminarQue divertida tu estadía en Catania, me alegro que disfrutaste mucho tu aventura okupa jajaja genial!
Un beso grande
Hola Lola!
ResponderEliminarMuy curiosa tú experiencia, me alegro que todo haya salido muy bien y claro, muy ilustrativo las líneas que dedicas a la fauna urbana local. Realmente todos vivimos en el mismo Planeta, pero cada cual en su propio universo, no?
Un saludo grande y buen fin de semana!
¡Menuda experiencia, Lola! No sé si yo aguantaría mucho tiempo en casa okupa. Me tira demasiado la civilización, jajajaja.
ResponderEliminarMe alegro de que todo haya ido bien y de que hayas disfrutado de tu hijo.
Bienvenida.
Un abrazo.
Me ha encantado la experiencia. Me encanta tu hijo. Beso.
ResponderEliminarMercè,
ResponderEliminarno fue tan terrible, pero donde esté un buen hotel...
Winnie,
lo del botellon es lo que mas molaba, jeje
Hola Cantares,
ResponderEliminarconste que tomé la foto especialmente para ti.
Me alegro que te guste.
Hola Gus,
pues sí, una experiencia inolvidable.
A veces las personas de distintos paises estamos muy cerca y muy lejos a la vez.
Maribel,
ResponderEliminaryo, mas que nada por estar con él y comprobar como vive...
Se las arregla bastante bien.
emejota,
ya ves, de ocuka a los cincuenta, jajaja.
Mi hijo tambien me encanta a mi. Bueno, no siempre...
Lola, te imagino en la casa Okupa, jejejeje.. Besitos
ResponderEliminarMontse,
ResponderEliminarhabía que verme, jajaja.
¡Ay qué envdia me das, cuánto viajas!
ResponderEliminarY menuda experiencia has vivido, pienso que algo así enriquece, vivir en un medio al que no estás acostumbrado, pero...¿botellón?, ¡Ja, ja, sí que debieron alucinar, sí!
un abrazo.
Turismo okupa. Un concepto interesante. Ahí hay negocio. Dile a tu chaval que aproveche la experiencia y se ponga a ello.
ResponderEliminarParis Hilton, a pesar del apellido, pagaría una fortuna por una experiencia así.
Un abrazo y bienvenida
Después de todo la experiencia ha valido la pena, el sitio es precioso y no todos podrán presumir, como lo habrá hecho tu hijo, de una madre como la suya, ja,ja,ja.
ResponderEliminarUna anécdota más de esta vida que hay que saber vivirla!
Besos y bienvenida!!!
¡Qué corto se hace el tiempo cuando se está bien!, ¡y qué largo cuando se espera!
ResponderEliminarMe quedo con esa magia que compartes con tu hijo.
¡Un beso!
excelente experiencia Lola.
ResponderEliminarNavidad está ahí al lado...
(no se si sirve de mucho pero bueno...)
Tienes fotos muy buenas, y me ha gustado mucho verlas,por vosotros y por ver mas de cerca los exteriores de las novelas de CAmilieri.
Hola Jesús,
ResponderEliminary mas que me gustaria viajar, pero ya sabes...
Sí,sí, botellón, jajaja.
¿que se puede hacer si no por las noches sin tele, internet ni leer?
Uno,
no la liemos. Que precisamente el concepto okupa es dejar de lado el dinero...
Mimosa,
ResponderEliminarasi es: la vida hay que vivirla y toda experiencia es enriquecedora.
Besos, guapa.
Miguel,
yo tambien me quedo con eso. Es la razón de todo.
Besos
Hola Conxa,
ResponderEliminarla verdad es que sí. En cuanto nos queramos dar cuenta ya estaremos en navidad.
Besos
Me alegro de que te lo hayas pasado tan bien Lola, y sobre todo, que hayas disfrutado de tu hijo. Seguro que de esta experiencia sacas algunas ideas para plasmarlas en un papel en el futuro. ¡Bienvenida de nuevo por aqui! Un besazo,
ResponderEliminar¿Cómo no van a alucinar contigo, querida? Qué estupenda escapada, aunque entiendo perfectamente que al regresar a casa, con luz y agua corriente te sintieras la reina de Saba, jajaja
ResponderEliminarRequetebesos
Que buena pinta tiene lo que cuentas, me encanta. Y lo de tener esa sensación con tu hijo fantástico. Me alegro de verte...
ResponderEliminarHola Nieves,
ResponderEliminargracias guapa, seguro que algo saldrá de todo esto ;)
Jo,
una ya no está para muchos experimentos, jeje, pero como experiencia compartida con mi hijo ha estado bien.
Hola tocaya,
ResponderEliminarsí, eso es lo bonito, que te sientas con alguien como si lo hubieras visto ayer.
Creo que solo pasa con la familia y con los amigos de verdad.
Besos
Vengo a agradecerte el honor de haber dejado tu huella en mi casa y me he encontrado esta hermosa crónica de tu estancia en Catania con tu hijo Álvaro. Qué casualidad, dentro de tres días me voy con el mío a Dublín, donde vive él.
ResponderEliminarLuego se echan de menos, pero, como bien dices, lo importante es verlos felices.
Un abrazo.
Hola Lola, que guapa y juvenil estas con ese vestido de lunares.
ResponderEliminarYa ves tu de okupa, ¿quien te lo iba a decir, jajajaja.
Besos y bienvenida
Bienvenida!
ResponderEliminarLa felicidad que muestras en las fotos hablan por sí mismas.
Un abrazo,
Mián Ros
Hola Mercedes,
ResponderEliminarprecisamente estuve en Dublin el año pasado por estas fechas, pero de vacaciones, mi hijo estaba en casa en ese momento.
Sí que se les echa de menos, pero tienen que vivir su vida.
Besos
Pues sí, Abi,
ResponderEliminarsiempre digo que educamos a los hijos mientras nos dejan, luego son ellos quienes nos educan a nosotros (si nos dejamos).
Saludos
Hola Mián,
es que ya llevaba mucho tiempo sin ver a mi niño.