En nuestra tertulia psico-filosófica quincenal hoy hablamos del sentido de la vida.
El ser humano ha buscado el sentido de la vida desde la noche de los tiempos. El camino más fácil para encontrarlo siempre ha sido la religión, no importa el credo, la respuesta está en la existencia de algo o alguien superior con un propósito más allá de nuestro entendimiento cuya finalidad es alcanzar la felicidad y la vida eterna.
Pero los filósofos nos han ofrecido otras teorias a través de la historia:
El Epicurismo, por ejemplo, nos indica que el sentido de la vida está en alcanzar el placer en todos sus aspectos, la armonía y la paz interior, es decir, en la ausencia de dolor. Lo que viene a significar que el sentido de la vida está en conseguir ser felices aceptando nuestras limitaciones.
Algo parecido a lo que proclama el Estoicismo, que viene a decir que el sentido de la vida, la felicidad, están en la armonía con el orden divino y la naturaleza, es el estar libre de sufrimiento.
En la Ilustración el sentido de la vida pasó de la relación con Dios a la relación con el individuo y la sociedad.
Siguiendo por esa línea, el Utilitarismo, indica que todos nuestros actos están encaminados a alcanzar la felicidad y evitar el dolor.
El Nihilismo sugiere claramente que la vida no tiene ningún significado en sí misma. El filósofo Albert Camus incide en esta idea proclamando que lo absurdo de los seres humanos es buscar significado y sentido donde no existe ninguno y lo único que cabe es vivir con dignidad y trascender el sinsentido de la vida.
En la era actual el Pragmatísmo sugiere que la compresión práctica y útil de la vida es más importante que la búsqueda de una verdad abstracta. El significado de la vida solo se encuentra a través de la experiencia.
En el Existencialismo cada persona establece el sentido de su propia vida que no está determinada por un Dios sobrenatural, uno es libre en voluntad y conciencia. Ante la "gran pregunta" el existencialista apela a la razón, lo que produce sentimientos de ansiedad y pavor al verse solo ante la responsabilidad hacia su propia vida.
El humanismo actual defiende que el sentido de la vida debe enfocarse de manera personal y todo el mundo llegará a la misma respuesta: ser feliz.
Por último, para Viktor Frankl el sentido de la vida es encontrar un propósito, un por qué, que siempre es personal y distinto para cada ser humano.
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