¡A tope!

Sept. 2010. Más gorda pero feliz

Un  día como hoy, en plenas fiestas de la Mercè, celebrábamos hace dos años el nacimiento de Nunca fuimos a Katmandú, que sigue gozando de una salud excelente tanto en librerías como en ebook. Más detalles, en el blog oficial.

Y muy pronto tendrá otra hermanita, Habana Jazz Club, cuya revisión ya he terminado y solo queda maquetarla para echarla a volar, como prometí, a primeros de octubre. Espero que tenga tan buena acogida como su predecesora y me de tantas alegrías como ella.

Esto es lo que pasa cuando los diablos andan sueltos

Ahora me tomaré un descansito de escribir y espero disponer de más tiempo para el blog y los bloggeramig@s, leer y relajarme un poco. Aunque también tendré que ocuparme del lanzamiento y la promoción de la nueva novela.

¿He dicho relajarme? Bueno, octubre viene cargadito y a tope de actividades.

Este fin de semana despediré el mes en la Cerdanya (Puigcerdà), presentando mis libros en Villa Azucena, un centro cultural y artístico ubicado en plena naturaleza. Aprovecharé para descansar y disfrutar del entorno, porque a mi vuelta ya será un no parar.

El 4 de octubre presento Gatos por los tejados y el nuevo Taller de Escritura Creativa que iniciaremos en la librería Les punxes el día 18. Y el 16 haré lo mismo en el Ateneu Popular Cerdà, donde el curso empezará el 22. ¡Uf! ¡Qué lío!

Bueno, ya iré poniendo la información más detallada aquí y en FB por si a alguien le interesa. Los precios son anti-crisis en ambos casos.
Quién esté por Barcelona que se anime a venir a una presentación u otra y así nos vemos ;)

Prometo aparecer más a menudo por aquí y por vuestras casas.

¡Feliz semana!

Ustedes me perdonarán...

Tengo que pedir disculpas a l@s amig@s de este blog por el poco tiempo que últimamente le dedico, y  les dedico.

El motivo no es otro que la revisión de mi novela, Habana Jazz Club,  que estará muy pronto a la venta en Amazon, en tanto se acaba de dilucidar, por parte de las editoriales, su publicación en papel. Y cuando estoy metida en una novela, me olvido del mundo (más vale así, por otra parte, tal y como está el patio...).

También la constante y necesaria promoción en las redes sociales de Nunca fuimos a Katmandú, que justo hoy cumple 200 exitosos días entre los best seller de Amazon, y la de mi libro de relatos, Gatos por los tejados, se  comen una parte importante de mi tiempo diario.

Y por si todo esto no fuera bastante, estoy preparando, además, el nuevo Taller de Escritura Creativa que empezaré a impartir a mediados de octubre en la librería Les Punxes de Barcelona.

A esta agenda hay que añadirle otras obligaciones y compromisos que van surgiendo, como entrevistas, conferencias, presentaciones y actividades culturales varias que ya os iré contando.

En fin, solo deciros que sigo por aquí, que todo va bien y que se os quiere.

¡Y que quitéis esas letras ilegibles que salen en los blogs para publicar un mensaje porque no hay quien las entienda!

Disfrutad el finde y feliz semana.

La suma de los días, de Isabel Allende

Isabel Allende es una de mis escritoras favoritas,  he leído y disfrutado muchas de sus obras y siento un gran respeto y admiración por ella. Es una de mis maestras, aun sin saberlo.

Pero no debe ser nada fácil imponerse la obligación de empezar una nueva novela cada 8 de enero. Puede que las musas no estén por la labor. Y esa es la impresión que he tenido al leer La suma de los días.

Según ella misma explica al principio del libro, su agente, Carmen Balcells, le sugirió que escribiera algo sobre sí misma.

La suma de los días es una recopilación de anécdotas personales, de sus relaciones, de su familia, de su tribu, como ella la llama. Nos encontramos con una Isabel Allende cercana, divertida, siempre positiva y muy humana.

He disfrutado, como siempre, con su magnífico estilo literario, con su sentido del humor, con su sinceridad. Pero no me ha gustado que utilizara de nuevo la fórmula de dirigirse a su hija fallecida; ya nos emocionamos en su momento con Paula, la repetición resulta cansina y ya no produce el mismo efecto.

Tampoco me interesa mucho el "marujeo" ni su papel de abuela. Sí, en cambio, despierta mi interés en su faceta de escritora; cómo escribió tal o cual novela o sus reflexiones literarias.

De todas formas, es un libro entretenido y ameno que se lee con gusto y deja un buen sabor de boca.

¡Buen finde!

HABANA JAZZ CLUB

Cuando se publicó mi primera novela, Nunca fuimos a Katmandú, creí que ya lo tenía todo hecho. Había sido demasiado fácil. La primera agencia literaria a la que contacté, me aceptó, y la primera editorial a la que ofrecieron mi obra, la publicó. Al año, Nunca fuimos a Katmandú estaba en todas las librerías de  España y seis meses después en las de Latinoamérica, y yo me sentía la reina del mambo.
Me puse a escribir  mi segunda novela con entusiasmo, en el absoluto convencimiento de que la tendría vendida antes de terminarla.
Pero llegó la crisis, y también el ebook, con el consiguiente descalabro que ambos acontecimientos han supuesto para el mundo editorial, como bien sabemos todos.
Habana Jazz Club pronto cumplirá dos años en manos de mis agentes sin que ninguna de las editoriales a las que se le ha presentado haya dado una respuesta clara, ni afirmativa ni negativa. Me recomiendan tener  paciencia, y creo que la he tenido; tanta, que me ha dado tiempo a escribir una tercera novela, empezar la cuarta y publicar un libro de relatos, Gatos por los tejados.
Pero ya se me ha agotado.
En estos momentos, mientras sigo tanteando editoriales, estoy haciendo una última revisión de la novela con mucha ilusión, y en cuanto la termine (un mes, a lo sumo), la publicaré en Amazon. Espero que para entonces ya haya alguna editorial interesada en publicarla en papel, o cuando menos, que no tarde en aparecer si el éxito  acompaña a Habana Jazz Club como ha hecho, y sigue haciendo, con Nunca fuimos a Katmandú. En ello confío.
Os dejo un primer esbozo de lo que podría ser la portada. Otro día os adelantaré algo del argumento.

¡Feliz semana!