sábado, 16 de mayo de 2009

Rita y Bruce

Se conocieron en un parque, una calurosa tarde de verano. Cuando Bruce la descubrió se quedó boquiabierto: era preciosa, su pelo rojizo fulguraba al sol y se la veía alegre y pizpireta. Se aproximó a ella con decisión, y Rita, cuando lo vio, ladeó la cabeza en un coqueto gesto de desdén y se alejó orgullosa, sólo porque se sentía un poco cohibida, ya que lo cierto era que Bruce la había impresionado; era muy guapo, fuerte y robusto, y tenía una mirada muy bondadosa.
De pronto, el cielo se oscureció y empezó a llover con violencia. Bruce le indicó a Rita que le siguiera y ambos se pusieron a cubierto. La tormenta apenas duró unos minutos, pero durante aquellos breves instantes en los que, en la íntima estrechez de aquel refugio, sus cuerpos se rozaron y sus alientos se confundieron en el aire, ambos comprendieron que estaban hechos el uno para el otro.
Poco tiempo después compartían sus vidas en una tranquila casa de campo en la que se sentían muy dichosos. Pasaban los inviernos al amor de la lumbre y durante los veranos disfrutaban de la naturaleza y del aire puro.
Pero un mal día Rita desapareció. Bruce la buscó ansioso por todas partes, y cuando por fin comprendió que se había marchado, que ya no volvería a verla, cayó en un estado de profundo abatimiento.
Algunos meses después, paseando una mañana por el mismo parque en el que la vio por primera vez, la descubrió a lo lejos y quiso correr hacia ella. Pero su amo tiró con fuerza de su correa y sólo pudo ladrar con desesperación; Rita también lanzaba lastimeros aullidos mientras su dueña la reprendía y la sujetaba con firmeza.
Todo el amor y la ternura que había en los ojos de los dos animales, era resentimiento y odio en la mirada desafiante que se lanzaron sus amos. Después, tiraron de ellos en direcciones opuestas, y en el parque, sólo quedó el eco triste de los gemidos de su cercenado amor.

(Relato original de Lola Mariné publicado en El Recreo.com).
Imagenes: Parc de la Ciutadella de Barcelona.

34 comentarios:

  1. ya te lo conocía de el recreo y me encantó, así que sólo puedo decir lo mismo que entoences, me parece un gran relato

    ResponderEliminar
  2. Ay Lola me has dejado el alma en un ¡ay!. Lástima...¿no podrían escaparse y ser felices?..Lástima...Me ha encantado. Besos

    ResponderEliminar
  3. Yo también lo leí en El Recreo, ¡cómo olvidarlo! precioso cuento, Lola, sufro por los perros...

    Besos,
    Blanca

    ResponderEliminar
  4. Didac, eso es lo que os pasa a mis "intim@s", que ya os conoceis todas mis historias, jajaja...

    ResponderEliminar
  5. Winnie,
    sí que podrían escaparse y vivir felices para siempre, pero entonces sería "La Dama y el Vagabundo", y ya está escrita, jeje...

    Besos.

    ResponderEliminar
  6. Gracias, Blanca,
    y no sufras, que estos son de mentirijillas.

    Besos.

    ResponderEliminar
  7. Llego con un poquito de retraso, me he puesto al día y te felicito por las últimas novedades acerca de tu novela, me alegro mucho por ti, de corazón. En cuanto al relato, es alegre y triste a la vez, te atrapa y se lee con placer. Un abrazo Lola

    ResponderEliminar
  8. Muchas veces los animales parecen ser bípedos en lugar de cuadrúpedos.
    Feliz domingo

    ResponderEliminar
  9. Me ha encantado el relato Lola, precioso por su ternura y por el efecto sorpresa. Un beso.

    ResponderEliminar
  10. Qué bonito y qué tierno, Lola, te deja al final con un poco de penita. Felicidades por el cuento. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Andrea,
    muchas gracias por tus palabras. Es cierto que el relato escrito en un tono alegre, pero es triste la impotencia de los protagonistas.

    Halatriste,
    tienes razón, muchas veces los animales son mas personas que las personas.

    Feliz domingo.

    ResponderEliminar
  12. Aventur@,
    me alegra que te haya gustado.
    Besos.

    Maribel,
    es verdad que deja con un poquito de pena. Los animales están indefensos en manos de los humanos.

    Besos.

    ResponderEliminar
  13. UFFF, Lola! Me has tocado la vena sensible. Precioso relato, maravilloso. Y los perros son mi debilidad. Y acabamos de separar a mi perra de otro que teníamos en casa de acogida, y ahora está muy tristota, como nosotros. Si los perros supieran escribir...

    ResponderEliminar
  14. ¡Ay, Mon!
    ¡Pobrecitos perros! A lo mejor se habían enamorado...

    Besos.

    ResponderEliminar
  15. Que buen lugar para ambientar un relato...allí se enamoraría cualquiera!
    Besos!!

    ResponderEliminar
  16. Maravilloso relato, me deleité con él. Esto se llama hacer docencia.

    BESOTES HERMOSA Y BUEN COMIENZO DE SEMANA

    ResponderEliminar
  17. Pues sí, Elena,
    el Parc de la Ciutadella es una maravilla.

    Stanley,guapo,
    me alegro que te haya gustado.

    Besos.

    ResponderEliminar
  18. Je, je, está muy bien. No sé por qué, al empezar a leer me dije, "éstos van a ser gatos, ya lo verás". Y resultaron otra especie...

    ResponderEliminar
  19. Lola, hace poco llegue de Vilassar, yo tambien conocia este relato, y sabes que me gusto mucho, pues el final es una sorpresa, no te lo esperas. Estaremos en contacto. Montse

    ResponderEliminar
  20. Vaya, Mannelig,
    casi me pillas, jeje, pero es que a los gatos no hay quien les ponga correa.

    Hola Montse,
    no sabia que hoy estabas fuera.
    Vete preparando para el domingo...

    Besos.

    ResponderEliminar
  21. ¡Excelente relato Lola!

    Estoy un poco ploff, me ha dado un pelín de bajón, los animales dan mucho amor a cambio de poco o nada, deberíamos ser más animales a veces y dejar de convertir más "humanos" a nuestras mascotas.

    ¡Un beso!

    MIGUEL

    ResponderEliminar
  22. Hola Miguel,
    siento ser la culpable de tu bajón.
    Los que tenemos animales somos especialmente sensibles.
    Un beso, guapetón.

    ResponderEliminar
  23. Si te digo que cuando pongo la lavadora, el lavaplatos y el horno me salta el automático y que la última vez que me sucedió esto al encender el ordenador comenzó a echar humo igual no te lo crees, pero es cierto.
    Voy a casa de mi sobrina un ratito, escribo cuatro cosas y las dejo en automático. Este fin de semana, largo, apenas he tocado una tecla, pero voy a ponerme al día.
    Dejo el orden de blogs en cuanto recibo tu comentario, porque para eso eres mi maestra literaria, y vengo a leerte.
    Creo que ahora entiendo lo que le sucede a mi perrita cuando ve al perro de mi vecina, aunque la historia es que no pasé del contacto en la estrechez y la vecina me retiró el saludo.
    Siempre tengo la máxima de que aventuras, muchas, menos con vecinos, cuñadas y compañeras de trabajo. Esta vecina no lo entiende.

    Un besazo, maestra, que no te olvido.

    ResponderEliminar
  24. jaaj Pelirroja y alegra y pizpireta,cari? Dios, es un trasunto (o como se diga literariamente) de ti misma, no=? jaja al menos asi te veo yo, cari...


    A mi lo que me encnataría es encontrar un hombre que con solo una mirada ya supieramos que estaríamos juntos toda la vida, aunque no le gustaran los perros, jajajaja Bezos

    ResponderEliminar
  25. Gracias por comenzar la semana visitándome. Tenés razón, era guarro, pero también irresistible, jajajaja!!

    BESOTES HERMOSA Y BUENA SEMANA

    ResponderEliminar
  26. Es que el amor, lo mismo que viene se va, qué cosas...

    ResponderEliminar
  27. A ver, TitoCarlos,
    ¿la vecina te retiró el saludo por no pasar del contacto en la estrechez, con ella, con la perrita o qué? que me he perdido, jajaja.

    ResponderEliminar
  28. Thiago,
    yo mas bien pensaba en un setter irlandes, pero bueno, tampoco andas muy desencaminado: en Madrid tenia unos vecinos con una perra que se llamaba Lola...puedes imaginarte la puñetera gracia que me hacia.

    Besos

    ResponderEliminar
  29. Así es, Deme,
    pero los pobrecitos perros no lo saben.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  30. Stanley,
    es un gusto ponerle una sonrisa al lunes contigo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  31. Yo no lo conocía. Lola, y la historia me ha dejado triste, pues mi perro también las pasa mal cuando ve tantas y tan bellas perritas y no le dejan acercarse sus dueños. Luego llega a casa y se acusta en un rincón con una carita...
    El relato me ha gustado mucho, escribes muy bonito y sabes tocar las fibras sensibles sin ningún esfuerzo de tu parte.
    También yo pensé que esa pelirroja tenía mucho de ti.
    Ahora que tengo de nuevo servicio de internet, estaré siguiéndote como antes. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  32. ¡Juan!
    Me alegra saber de ti. Espero que una vez resueltos tus problemas con Internet volvamos a verte con frecuencia.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  33. Que triste, como duele el amor.
    Me ha gustado besos

    ResponderEliminar
  34. Azucala,
    gracias por leerme y por comentar.

    Saludos.

    ResponderEliminar

¿Y tú qué opinas?