Hace tiempo que no comento los libros que voy leyendo y se me van acumulando, y a veces olvidando, mis impresiones sobre ellos.
Os hablaré, para empezar, del que más me ha gustado de los cuatro últimos: Diez veces siete, de Maruja Torres, que desde sus espléndidos setenta años, da un repaso a su vida con valentía y sin pelos en la lengua, como es habitual en ella; habla de su infancia en el barrio del Raval de Barcelona, de su familia, de sus inicios como periodista, de su querida Beirut, de sus amigos y de su salida de El País, periódico en el que trabajó durante tantos años. Todo ello narrado con la naturalidad y la humanidad que la caracterizan.
Y como ya he mencionado en alguna ocasión, cuando estoy escribiendo una novela leo libros que tengan alguna relación con el tema porque eso me ayuda a situarme y me motiva. Ya os he contado que estoy escribiendo una historia sobre una actriz ambiciosa y con pocos escrúpulos que llegará a la cumbre del éxito. Y hasta ahí puedo leer, por ahora...


Traficantes de sueños, de Harold Robbins. Un autor rescatado de mi biblioteca que me fascinaba de jovencita con sus historias de Hollywood. En este caso narra las vicisitudes de unos visionarios hombres de negocios que son capaces de ver el potencial de la incipiente Industria del Cine y se hacen ricos con ello. No está mal, pero tampoco me ha enganchado demasiado.

El triunfo de Katie, de Barbara T. Bradford. El título ya de por sí, muy atractivo no es, que digamos... el argumento, tampoco. Se suponía que narraba la historia de una chica que alcanza la fama como actriz, pero en realidad está más centrada en un trauma de su adolescencia que marcará toda su vida. Prescindible.
Y ahora que ya os he puesto al día, sigo con mis lecturas y con mi novela.
¡Hasta la próxima!